"la cosa recuerda aquel
aforismo de Oulipo...Nos hemos dado cuenta de
que no somos más que lenguaje de la cabeza a los
pies. Y que, cuando uno creía tener dolor de
vientre, era en el lenguaje donde tenía dolor. Que
todo esto no era muy discernible (...)
...se ha ido extendiendo en los
últimos tiempos entre los historiadores y una
invasión de análisis del discurso que amenaza con
reemplazar el de la realidad"