P. Sanz Camañes
La base de datos Modernitas pretende ser un eficaz instrumento en el campo bibliográfico no sólo para completar la formación intelectual del alumno, al ofrecerle un amplio abanico de posibilidades referenciales para profundizar y ampliar los conocimientos disponibles, sino también para dar respuesta a las demandas individuales de información del erudito o especialista, a quien se le pueden suscitar problemas y cuestiones en sus distintos ámbitos de estudio.
La bibliografía de historia moderna se encuentra, todavía en su mayoría, encerrada en catálogos de nuestras bibliotecas y dispersa en múltiples monografías y memorias de investigación que se actualizan conforme surgen oposiciones de titularidades, se conmemoran centenarios o se establecen estados de la cuestión que se recogen en las actas de un congreso o se citan como aportaciones recientes en un seminario. Si desafortunadamente todavía no disponemos en España de una información centralizada que abarque lo relativo a las actividades académicas, tales como conferencias, cursos, seminarios, mesas redondas, etc... la aridez de este desierto no encuentra un oasis adecuado en el terreno bibliográfico ni se ha planteado un método de búsqueda en línea a pesar de que la localización de monografías en los registros informatizados de las bibliotecas es cada día más fácil, y son cada vez menos las bibliotecas importantes que no puedan ser consultadas en Internet.
Queda ya lejos la ingente tarea individual de la confección de repertorios bibliográficos, tan útiles para conocer la existencia de un libro o inclusive su misma localización en una o en varias bibliotecas determinadas. Su importancia para orientar los trabajos, proporcionar los datos fundamentales de un libro, incluir todo lo publicado, exactitud por la uniformidad de la redacción de sus asientos y actualización, sigue todavía vigente. Su utilidad está ahí. Simplemente cabe consultar los grandes repertorios llevados a cabo por el C.S.I.C. Tres titanes en el campo bibliográfico, cuya inmensa labor ha quedado patente son: Francisco Aguilar Piñal y su Bibliografía de autores españoles del siglo XVIII (publicada entre 1981 y 1995) repertorio útil para cuantos se interesan por la historia cultural, científica y económica del siglo XVIII español; Antonio Palau y Dulcet y su Manual del librero hispanoamericano, cuya primera edición se publicó en Barcelona de 1923 a 1937, y centrado en la producción literaria y científica de España y de Hispanoamérica; y José Simón Díaz y su valiosa Bibliografía de la literatura hispánica, que tuvo sus inicios en 1950 y que finalizó sin terminar con el volumen dedicado a la literatura castellana del Siglo de Oro, en 1994. Repertorios bibliográficos que no pueden olvidar aportaciones anteriores como las de Nicolás Antonio con quien la bibliografía española alcanza ya una gran altura en el siglo XVII o con la reedición, en dos volúmenes, de la Biblioteca Hispano Nova, a cargo de los bibliotecarios Juan de Santander, Tomás Antonio Sánchez, Juan Antonio Pellicer y Rafael Casalbón, en 1788, año en que también veía la luz la Bibliotheca Hispana Vetus, preparada por Francisco Pérez Bayer. Durante el siglo XVIII no serían muchos más los que se ocupasen de una Bibliografía general de España, a excepción de la incompleta Biblioteca española de José Rodríguez de Castro y el proyecto inconcluso de Gregorio Mayáns. Desde entonces la nómina ya no se detendrá con nombres como los de Juan Sempere y Guarinos, Bartolomé Gallardo, el jesuita P. Andrés Marcos Burriel, Dionisio Hidalgo, Francisco Vindel, J. Lasso de la Vega y Marcelino Ménendez Pelayo, entre otros, que constituyen unos serios precedentes hasta la aparición del Anuario de Bibliografía Española dependiente del Instituto Bibliográfico Hispánico y los más actuales centros de información bibliográfica.
La incesante aparición de repertorios en este siglo, dado el número incalculable de escritos y su paulatino desarrollo, y el mismo quehacer bibliográfico de nuestro siglo ha impuesto la convicción de afrontar los trabajos bibliográficos de envergadura en equipos o como resultado de una mayor colaboración. La misma colaboración internacional promovida por instituciones como la UNESCO, la IFLA o la FID, o programas como el UBCIM y la UAP ya lo hacen posible mientras, a un nivel inferior, la colaboración de las Bibliotecas Nacionales y de las Asociaciones de libreros también está dando sus resultados en la edición y difusión de los repertorios bibliográficos.
Sin embargo, la diversidad de sistemas informáticos obliga a quien consulta a realizar búsquedas en varias bibliotecas una tras otra, a la búsqueda de trabajos de su interés puesto que resulta muy difícil que un mismo centro disponga de toda la bibliografía existente y suele ser corriente que además sólo de noticia de sus propios fondos. El usuario requiere de bibliografías exhaustivas, independientes de que los libros o artículos estén en una biblioteca u otra. Ante la diversidad de bases de datos como las del CINDOC (Centro de Información y Documentación Científica, CSIC) que se ocupa de los artículos de revista y obras colectivas; o la serie de bibliotecas dispersas, con respecto a las monografías, hemos volcado en Internet una bibliografía general de Historia Moderna, a partir de varios programas que fueron presentados como apoyo a la defensa de titularidades y cátedras universitarias en esta especialidad y que tuvieron en la del Profesor Francisco José Aranda Pérez su primer impulso con los más de 13.000 títulos que ofreció en 1996 como base para la confección de Modernitas. Para continuar con estas tareas se abrió un sistema de recogida de información en Internet de novedades bibliográficas y de artículos de revista, de manera que permitiera complementar los registros del CINDOC. Más aún y dado que se hacía imprescindible la colaboración de los interesados, tanto productores como receptores de la información en completar estos datos de manera sistemática, se pensó en combinar esta información bibliográfica con un censo de modernistas, para que los especialistas no sólo aportasen su trayectoria investigadora sino que sirviera de referencia a toda la profesión.
No es nuestra intención presentar la base de datos Modernitas como un mero elenco de títulos reproducidos mecánicamente con notas más o menos críticas o descriptivas, pretendemos ir más allá. Aunque ya casi han pasado cuatro décadas desde la publicación en España de la obra La Bibliografía. Conceptos y aplicaciones de José Simón Díaz, los problemas que planteaba están todavía presentes. Si antes la precisión de los límites de la bibliografía se centraba en su relación a la incorporación o no del manuscrito en el campo bibliográfico, ahora se circunscriben a su relación con el campo de la documentación, de la que no pocos la consideran parte o algunos la conciben como sectores de una misma ciencia: la ciencia de la información. Con la aparición de nuevos soportes y modos de acceso a la información podemos encontrar nuevas modalidades de elaborar y recuperar la información superando las búsquedas de materiales mediante la consulta de las fuentes de información, la identificación de las mismas, su descripción normativa y su clasificación, momentos en los que se dividía el anterior trabajo bibliográfico.
Toda bibliografía tiene su justificación. La periodización de la Edad Moderna, tiempos modernos o historia moderna todavía se presta, por lo general, a criterios muy simplistas: el de dividirla en siglos, caracterizado, cada uno de ellos por determinadas tendencias predominantes. La imagen historiográfica de la Edad Moderna en España, por ejemplo, atendía -siguiendo la historiografía francesa- al criterio de su división en un siglo XVI de prosperidad, un siglo XVII de crisis o decadencia y un siglo XVIII de recuperación económica. Etiquetar etapas conlleva siempre riesgos y dificulta la amplitud de miras. Pero aunque toda periodización es artificial parece inevitable establecer en historia unos límites siempre abiertos y que permitan cierta flexibilidad.
Los títulos registrados se agrupan temáticamente en cuatro secciones divididas por épocas:
Como se deduce, en cuanto a los límites cronológicos cubrimos desde la etapa que abarca desde el Renacimiento y hasta el comienzo de la Revolución Francesa. Consideramos como tema central la historia europea, aun cuando dediquemos algunas partes a las civilizaciones orientales y al Nuevo Mundo, bajo los epígrafes de el mundo extra-europeo en los siglos XV a XVIII. Las subdivisiones temáticas han sido meramente referenciales y obedecen, por lo general, a los estereotipos que rigen habitualmente en los manuales de historia moderna. Es decir, epígrafes relacionados con aspectos demográficos y sociales, económicos, de carácter político y de tipo científico o cultural, con la posibilidad de establecer otros subepígrafes que los amplíen. Por ello, y nos sirve de justificación hay obras que por su larga duración, de dos centurias o todo el período moderno, aparecen en varias de las secciones establecidas. Aunque mayormente ofrecemos un corpus en español, con su signatura, pretendemos que los títulos recogidos se puedan ir ofreciendo también en inglés, francés y alemán. La ordenación es alfabética por los apellidos del autor, al que le asignamos también una autoría principal o secundaria (como traductor, prologuista, etc..). En el caso de incluir datos que nos parezcan relevantes reseñar, hemos reservado para éstos un epígrafe de notas.
Aportamos una bibliografía de carácter general, con manuales y colecciones de historia universal, como fuentes generales, y con manuales y colecciones de historia de España, si nuestro ámbito de estudio tiene un carácter más concreto. Del mismo modo, y como instrumentos auxiliares de trabajo, puede resultar útil la consulta de diccionarios, enciclopedias, léxicos, atlas y mapas, o también de repertorios bibliográficos que amplíen nuestra panorámica temática. Si buscamos materiales de trabajo para aportar en clase también contamos con un epígrafe reservado a textos y documentos para comentar. Para facilitar una búsqueda selectiva de títulos recogemos los más representativos en un enlace situado en la parte superior izquierda de la pantalla. Con un campo de descriptores y unos índices de materias, geográfico y onomástico, pretendemos facilitar la clasificación y ahorrar esfuerzo al usuario de la base de datos. Esperamos que su habitual consulta sea la mejor muestra de la utilidad de esta base de datos que el usuario tiene ahora en la pantalla.
Por F. Fernández Izquierdo
El empleo de ordenadores y telecomunicaciones está haciendo posible la escritura permanente de un libro abierto, en especial cuando su contenido se somete a revisiones, novedades y permanente reflexión. Las bases de datos son la herramienta indiscutible para manejar información cuya lectura es necesaria desde múltiples puntos de vista, facilita la normalización en sus contenidos así como la actualización rápida y eficiente. El acceso a las fuentes básicas para el historiador, entre las que se encuentra toda la literatura especializada, se mejora cada día más desde las bibliotecas, centros de documentación y archivos, con el factor añadido de la difusión que supone Internet.
Sin embargo, al acercarnos a las referencias bibliográficas necesarias para documentar temáticas amplias, nos encontramos con un problema, el que el punto de vista del bibliotecario no suele ser el del historiador. Uno de los casos más fácil de entender es el de la confección de una bibliografía como base de un temario para la docencia de una asignatura, en el cual se seleccionan monografías, capítulos o partes de obras más amplias, obras generales como manuales e incluso artículos especializados o contribuciones a congresos. En el modo de trabajo de los bibliotecarios el criterio de clasificación temáticas es fundamentalmente el del encabezamiento de materias, por lo general de carácter muy amplio. Por otra parte, en los centros de documentación, como el CINDOC, entre los descriptores de materias asignados a cada ficha, aunque están sometidos a un control mediante tesauros y normalización, no se suele incluir conceptos que podríamos denominar epígrafes de temario docente. En consecuencia, la selección o búsqueda de referencias no puede realizarse con ese criterio.
De modo experimental hemos intentado adaptar la estructura de un temario de Historia Moderna, como asignatura de carácter general a impartir en la Universidad, dentro del diseño de una base de datos de referencias bibliográficas, en un proyecto que denominamos Modernitas. La selección de títulos procede de diversas fuentes. En principio Francisco José Aranda inició la elaboración de una base de datos bibliográfica, vinculada en origen al clásico proyecto docente de la asignatura de Historia Moderna requerido para acceder a la plaza de profesor titular, pero su contenido se fue ampliando y actualizando desde principios de los años 90. Además de los datos descriptivos de cada obra se incluía en cada ficha, si era oportuno, el epígrafe donde se podía encuadrar en un temario de Historia Moderna. Más adelante, en torno a 1996, se incorporaron nuevos títulos y se realizó una selección en torno a un millar de trabajos, reelaborándose el temario, tarea que corrió a cargo de José Ignacio Ruiz Rodríguez (Universidad de Alcalá de Henares) y de Porfirio Sanz Camañes. Y en 1998, contando con la colaboración de los licenciados Manuela Solís Martínez y Miguel Ángel Castejón Ballesteros y la financiación de convenio de colaboración INEM-CSIC, se verificó la exactitud de los títulos seleccionados mediante su cotejo en bibliotecas y las bases de datos del CINDOC, que incluyen artículos aparecidos en revistas españolas. Este cotejo, laborioso, pues suponía comprobar uno por uno los títulos con una fuente fiable, como es la de la ficha catalográfica de bibliotecas como la Nacional o las del CSIC, ha servido también para incluir la referencia de signatura donde poder localizar cada trabajo. Con ello se facilita la localización en caso de que se desee acceder al original, sea en persona, pidiendo una fotocopia o mediante préstamo interbibliotecario.
La difusión en Internet de Modernitas es posible mediante el uso de Filemaker Pro v. 4, que es una herramienta versátil y de fácil manejo para los humanistas que no pueden perder el tiempo en complicaciones informáticas. Hemos contado además desde diciembre de 1998 con la ayuda de Francisco Tosete Herranz, diplomado en documentación, para el diseño de formatos y publicación en la red. Deseábamos presentar la información de una manera utilizable directamente. Por eso se ha ensayado la presentación en modo "temario" de los libros recogidos en Modernitas, para que se puedan copiar y pegar con el portapapeles. La forma de las referencias cuando se consultan los epígrafes del temario se ajusta a la norma UNE 50-104-94 Referencias biblográficas. Contenido forma y estructura, publicada por AENOR en enero de 1994, como adaptación española de la norma ISO 690:1987. Hemos incorporado asteriscos como marcadores antes y después de los títulos que deban aparecer en cursiva, y facilitar así la sustitución de los tipos rectos por cursiva mediante una macro de procesador de textos. En esta forma de presentación se omiten campos de la estructura clásica de ficha, que se puede consultar simplemente activando el enlace asociado a cada título. La signatura de localización de cada trabajo se incluye al consultar las fichas individuales.
La siguiente fase de este proyecto será abrirlo a sugerencias, e incluso que se puedan enviar registros directamente a la base por personas autorizadas, para enriquecer su contenido. Esta es una forma de que las nuevas tecnologías sean un poco más útiles de lo que ya se demuestran. Informaremos en nuestras páginas de todas las novedades. Por ahora, cualquier comentario será bienvenido.
Acceso a Modernitas http://161.111.141.93
Comentarios a fizquierdo@ceh.csic.es
Porfirio Sanz Camañes (Dpto. Historia Moderna y Contemporánea, Centro de Estudios Históricos, CSIC)
Francisco Fernández Izquierdo (Dpto. Historia Moderna y Contemporánea, Centro de Estudios Históricos, CSIC)
Proyecto Clío