Universidad de Buenos Aires
"El camino
hacia el hipódromo era ayer el que emprendía la gente desde todos los ámbitos
de la ciudad y pueblos circunvecinos. La corriente de público se centralizaba
en la avenida Alvear, donde los vehículos después de haber salvado con rapidez
las vías convergentes, se atascaban allí, en medio de un roncar de bocinas
que pedían paso en vano, porque no había forma de concedérselo. Así, eran
muchos los que llegaban a pie al circo de Palermo para buscar en seguida ubicación
en las tribunas desde la cual pudieran observar cómodamente el desarrollo
del programa...."[2]
Sin embargo, ese mismo dia, los ecos de la guerra llegaban a Buenos
Aires
"Dió término
ayer tarde [domingo 5 de noviembre] en nuestro puerto el viaje que inició
en la Pellice (sic) el 18 de octubre último el vapor francés "Massilia"
cuyo paradero se desconoció durante varios días y cuyo rumbo ignoraban los
mismos pasajeros cuando se embarcaron en aquel puerto que no es el de salida
habitual. La travesía se hizo desprovisto el barco de cualquier indicio que
pudiera hacerlo perceptible desde larga distancia y durante la noche permaneció
siempre en la mas absoluta oscuridad. Durante todo el viaje intercontinental
el pasaje estuvo carente en absoluto de noticias que le informaran de algún
acontecimiento, del mismo modo se le advirtió al pasaje que estaba vedada
cualquier clase de correspondencia. De este modo, la llegada a Rio de Janeiro
fue un verdadero alivio, pues significaba que todo peligro había desaparecido
en lo que se refiere al posible torpedeamiento del barco por los sumergibles
nazis."[3]
Todos los diarios del domingo a la tarde y el lunes 6 de noviembre
anunciaron que, el premio Carlos Pellegrini, corrido sobre 3000 metros, había
sido ganado por Romántico. Este caballo no era el favorito en Palermo aquel
domingo. En días anteriores, Noticias Graficas había dado a conocer
las opiniones de prestigiosos cronistas de Montevideo, La Plata y Buenos Aires.
Diez sobre 14 auspiciaban el triunfo de Embrujo, 2 el de Romántico, 1 el de
Bon Vin.[4] Sin embargo, Romántico dió la gran sorpresa,
segundo Partido, tercero Bon Vin y cuarto Embrujo.
"Romántico alcanza el disco de triunfo con una cabeza de ventaja
sobre Partido, al cabo de una larga lucha que adquirió relieves de inenerrable
emoción..."[5]
Los premios fueron 50.000$ para el primero, 10.000$ al segundo y 5.000$ al
tercero.
En ese mismo domingo, a bordo del Massilia, anclado en el puerto de
Buenos Aires, había 147 españoles republicanos. Todos ellos se hallaban en
tránsito, con diversos destinos: 132 a Chile, 6 al Paraguay y 9 a Bolivia.
Permanecían alojados a bordo, hasta que pudieran tomar los trenes internacionales
respectivos o el vapor de carrera con destino a Asunción. De este conjunto
se destacaban unos 60 intelectuales, entre ellos Ramón Hidalgo Pontones (pintor),
José Arbex Pomareta (ingeniero), José Fernández Cañizares (cinematografista),
Luis de la Fuente (director de cine), Antonio Salgado y Salgado (periodista),
José Ruiz de Toro (abogado y escritor), Mauro Cristóbal Artache (dibujante),
Arturo Cuadrado Moure (ex-director de la revista "Resol"), Alberto
López Barral (escultor), Gregorio Muñoz Montenegro (pintor-escenógrafo), Pedro
Corominas Muntanya (abogado y legislador catalán), Severino Mejuto (actor),
Clemente Cimorra (periodista), Eusebio de Gorbea, Pascual Guillén y Salvador
Valverde (autores teatrales).
"No permiten ni asomarse a los ojos de buey a los intelectuales
españoles en tránsito", titulaba el diario radical Noticias Gráficas
la noticia del arribo del Massilia al puerto de Buenos Aires,
"Las medidas
adoptadas contra el grupo de intelectuales y artistas españoles... son de
un rigorismo que solamente tratándose de peligrosos confinados se hubieran
aceptado....Un marinero nos informó que los españoles refugiados tenían orden
de que nadie se aproximara a ellos y menos que se asomaran por los ojos de
buey ...Es lamentable lo que ha ocurrido. No sabemos ni nos interesa saber
quién ha dado la orden terminante de que ese grupo de gente que representa
de modos distintos a la cultura y el cerebro de España permanezca en la sombría
situación de los delincuentes incomunicados".[6]
También el diario Crítica informó sobre la llegada del Massilia.[7]
"En ese buque francés arribaron mas de 60 intelectuales españoles que
tratarán de reconstruir sus vidas en Chile".
El relato de una exiliada española
que estaba a bordo del Massilia nos acerca a las trayectorias que habían llevado
a ese grupo hasta el puerto de Buenos Aires. MC abandonó España casi al finalizar
la Guerra Civil, cuando las tropas franquistas entraban en Barcelona. Estaba
embarazada de 6 meses y fue llevada a un campo de concentración en el departamento
de los Pirineos Orientales en el sur de Francia. Su marido fue a parar a otro
campo. Como MC había estado en Paris para la Exposición Universal en 1937
tenía un tipo de ropa moderna que la hacía confundirse con la población local,
además hablaba bien francés. Junto con dos chicas catalanas decidió emprender
la aventura de escapar a Paris. Para obtener el pasaporte español, era necesario
primero llegar a Perpignan donde todavía funcionaba el Consulado español ya
que el gobierno de Franco no habia sido reconocido todavía por las autoridades
francesas. Casi milagrosamente, sin ser descubiertas pudieron abordar el tren
y llegar a Perpignan donde MC encontró amigos entrañables que le facilitaron
el dinero para llegar a Paris. El dinero era importante pero no era el único
problema. MC no consiguió los documentos, pero aún sin papeles, luego de una
noche en la estación pudo tomar el tren a Paris. Paris era otro mundo, allí
no había españoles hacinados ni gendarmes vigilando y tenía amigos que la
alojaron.
Reunirse con su marido fue otra aventura. G. estaba alojado en Argelés,
aunque lo trasladaron varias veces. Entonces el problema era saber dónde estaba,
y por supuesto si estaba bien. Cuando lo ubicaron, junto a los amigos de Paris,
fue a buscarlo y burlando las reglas de seguridad y disciplina del campo,
partieron desde Orleans a Paris. En Paris debieron esperar el nacimiento de
su bebe, una niña con la que emprenderían la gran aventura americana. La familia, que tenía buenas relaciones con
Pablo Neruda, entonces embajador de Chile en Francia, había logrado integrar
el contingente del "Winnipeg", un barco que aquél había fletado,
pero no llegaron a tiempo. El barco salió de Francia antes de que MC. hubiera
dado a luz a su hija. Como los cuáqueros habían costeado sus pasajes lograron
ahora ya con mas tiempo integrar el grupo de los que partirían en el "Massilia",
también con destino a Chile en octubre de 1939, al mes siguiente del estallido
de la II Guerra Mundial. En el Massilla iban muchos artistas, escritores y
periodistas españoles. Con ellos viajaban numerosos refugiados judíos polacos
e italianos. Juntos compartían la tercera clase en condiciones deplorables
de hacinamiento y promiscuidad. El viaje fue largo. Ver por última vez las
costas españolas fue muy triste, pero era la libertad. El grupo se integró
maravillosamente, no se conocían de antes ni tenían en definitiva nada en
común, salvo la guerra. Todos sintieron un profundo odio hacia la tripulación
francesa que los trataba mal, y que "tanto odiaban a los rojos como a
los judíos". Fueron horribles las peripecias vividas a bordo ante la
amenaza constante de los submarinos nazis. Finalmente, el Massilia atracó
en Buenos Aires, desde donde seguirían viaje a sus destinos finales en otros
países.
MC recuerda que, mientras los pasajeros esperaban a bordo el inicio
de la nueva etapa de su viaje, se presentó en el puerto Natalio Botana, director
del periódico Crítica que, sorpresivamente, ofreció a los españoles
una suma importante de dinero para facilitar su asentamiento en la Argentina.[8]
Natalio Botana, de origen uruguayo, había llegado a la Argentina a comienzos
de la década de 1910, luego de abandonar el Seminario Jesuita, la carrera
de Derecho y de haber participado en la guerra civil de 1904. Perteneciente
a una familia tradicional de ricos campesinos, logró una vez en Buenos Aires,
gracias a contactos familiares entrar a trabajar en el diario La Razón
para cubrir notas sociales. Su experiencia no fue exitosa y al poco tiempo
fue despedido. Comenzó entonce a escribir para la revista P.B.T. donde se
convirtió en un periodista de nota. Con la experiencia periodística y contactos
que había logrado durante esos años, en 1913 fundó Crítica, "el
diario más moderno de Latino América".[9]
"Botana
había hecho una importante campaña a favor de España Republicana y él conocía
a algunos de los que veníamos en el barco, a mi marido lo conocía porque había
trabajado en medios gráficos, sabía que Mariano Perla había dirigido un periódico
que se llamaba Mundo Obrero, en fin, conocía a alguna gente. Entonces,
cuando apareció en el puerto y dijo al comisario de a bordo que quería subir
al barco a vernos, éste le dijo que no podía visitar a nadie. El le dijo:
Ud. no sabe quién soy yo. A mi no me importa quién es Ud, le respondió el
comisario, pero estos señores son rojos peligrosos y los llevará de aquí el
tren internacional. Mi misión es vigilarlos y que nadie salga. Entonces Botana
le respondió, no sólo voy a venir a darle el dinero a los refugiados, sino
que los voy a bajar a todos."[10]
Natalio Botana, era también propietario de
"Romántico", el ganador del Gran Premio Carlos Pellegrini
que se acababa de correr. Nuestra testigo une así en su relato las dos historias
con las que comenzamos nuestro trabajo:
"Quiso
el azar que un caballo propiedad de Botana hubiera ganado recientemente una
importante carrera en el hipódromo local. Botana decidió, entonces, donar
el importe del premio a los españoles del Massilia, consiguiendo también del
presidente Ortiz el permiso para que ese puñado de hombres, mujeres y niños
pudieran afincarse legalmente en el pais. Así nos quedamos en la Argentina,
gracias a un caballo que ganó... No teníamos programado venir a la Argentina,
eso fue una cosa que surgió, así de un modo puramente casual... Todos teníamos
nuestra visa para Chile pero ya que la cosa surgió nos pareció mejor la Argentina,
que era un pais más atractivo".[11]
El azar aparece así como protagonista absoluto del asentamiento de
los españoles llegados en el Massilia, el conjunto más numeroso de exiliados
españoles llegados a la Argentina antes de 1940. La trama sin embargo era
mucho más compleja. Intentaremos construir una estructura significativa con
las diversas versiones de lo sucedido aquél domingo 5 de noviembre.
La Argentina, que había recibido a millones de inmigrantes desde 1880,
cerró sus puertas a partir de 1930. Cuando se produjo el estallido de la Guerra
Civil española en 1936, apareció en el gobierno argentino la preocupación
por el posible ingreso de los refugiados
españoles, considerados "extranjeros indeseables". Estos eran visualizados
como una amenaza para la población nacional, y el Estado argentino debía estar
alerta para no convertirse en "el receptáculo de personas indeseables"
por el peligro ideológico que representaban.[12]
Durante 1938 se incrementaron las trabas para los extranjeros que quisieran
emigrar a la Argentina, en particular los refugiados, tanto judíos como españoles
republicanos. Los cónsules argentinos en el exterior fueron instruidos para
suspender visas de ingreso al pais, e incluso permisos ya acordados en Buenos
Aires fueron revisados y en muchos casos anulados.[13] El fin de la Guerra Civil en abril de 1939
y el estallido de la Segunda Guerra Mundial a los pocos meses no hizo más
que empeorar la situación de los republicanos españoles exiliados en Francia.
Miles de solicitudes de ingreso fueron rechazadas debido a la suspensión y
caducidad de permisos de ingreso. Esto originó una serie de protestas por
parte de diputados del campo opositor, socialistas y radicales, que levantaron
sus voces en defensa de los refugiados españoles y judíos.[14] Dentro de este frente
se ubicaba el diario Crítica, el diario popular de Buenos Aires, que
junto con El Mundo, fundado
en 1928 se constituyeron en los dos diarios modernos que crearon un nuevo
estilo periodístico más adecuado a la expansión y demandas del público. En
ambos se entrelazaba el nuevo periodismo de noticias breves, grandes titulares,
donde se filtraba la vida cotidiana, la información sobre delitos y accidentes
en la sección policial, las mujeres, los chicos a los que Crítica dedicaba
un suplemento semanal, los espectáculos y deportes, con notas de escritores
e intelectuales de vanguardia (incluyendo a los de origen patricio como Borges)
y de la literatura social. [15]
Crítica y su director Natalio Botana llegaron
a constituirse en los principales actores en la defensa de la República Española
primero y de los refugiados republicanos después. Desde el estallido mismo
de la guerra el diario publicó notas editoriales, columnas de opinión y colaboraciones
que expresaban un abierto apoyo al gobierno republicano, criticando con dureza
la actuación del ejército franquista. En una nota titulada "El norte
de España es ya una colonia ítalo-germana" denunció el apoyo alemán e
italiano a Franco.[16] Criticó asimismo la actitud prescindente de
los gobierno democráticos europeos, acusando a los mismos por el desenlace
de la Guerra. El 4 de marzo de 1938 Crítica denuncia que España será
aplastada por la neutralidad de los países democráticos. El 27 de febrero
de 1939 dedica un largo artículo para explicar que la traición anglo-francesa
ha terminado la guerra civil.
Consecuente con su entusiasta defensa de la República española, el
diario sesgaba las noticias provenientes de la península con el objetivo de
sobredimensionar los triunfos leales y ocultar o relativizar los avances rebeldes.
El propio Manuel Azaña en sus Memorias políticas y de guerra, se muestra
sorprendido ante la visita de Eduardo Toribio Bedoya director de Crítica,
en agosto de 1937, solicitándole escribiera un artículo para el periódico
"explicando la estupenda obra que realiza el Gobierno español
y el heroísmo del pueblo" [subrayado de Azaña]. El asombro de Azaña se
deriva del gran conocimiento y encendido entusiasmo mostrado por Bedoya sobre
el desarrollo de la Guerra Civil.[17]
Es significativa, por ejemplo, la información brindada por el diario
durante enero de 1939. A inicios del mes sus primeras páginas hablan de grandes
triunfos leales, información que va combinando lentamente con otras que indican
un cierto avance de Franco en Cataluña. Casi inesperadamente, el 25 de enero
informa de la caída de Barcelona.[18] Crítica se comprometió editorial y materialmente
con los organismos e instituciones argentinas de ayuda al "legítimo gobierno
español" y participó en todo tipo de actividades solidarias. Terminada
la guerra Civil, la posición del periódico se continuó en tres líneas editoriales
paralelas. En primer lugar, el apoyo a los republicanos españoles refugiados
en Francia. Denunciaba, por otro lado las atrocidades cometidas por el franquismo
triunfante. Crítica informaba sobre lo que llamaba "la obra de
destrucción de España" realizada por Franco en su primer año de gobierno,
"nueve fusilados por minuto los primeros dias, 400.000 exiliados en Francia,
miles de intelectuales por el mundo".[19]
Finalmente, el diario ofrecía un lugar significativo a información de problemas
y enfrentamientos dentro del gobierno franquista y sobre el descontento popular
en España. Consecuente con su actitud opositora al gobierno franquista, Crítica
auguraba la pronta desaparición del ilegítimo gobierno rebelde, asegurando
que "más pronto de lo que algunos suponen, España tendrá su tercera república".[20]
Esta posición del periódico y de Botana fue reconocida por los republicanos
españoles en diferentes oportunidades. Así, a propósito de su irrupción en
el Massilia dice otro de los pasajeros
"Jamás
olvidaré lo que hizo Botana por nosotros. Quién se animaba en aquel momento
a presentarse así suelto de cuerpo y pedir por los rojos republicanos?. El
sabía cómo moverse y estaba dispuesto a jugarse, era un verdadero antifascista"[21]
"La guerra
estaba irremediablemente perdida, y se continuaba en retirada, pues sabían
que no habría piedad para los vencidos y había que tratar de que llegaran
a Francia como refugiados.
Estaban más
que agradecidos a Natalio, pero pragmáticamente consideraban que sería conveniente
a sus intereses, que los abandonara y cambiara de frente, teniendo para ello
el tiempo que quedaba hasta la derrota final que podian ser dos o tres meses.
Crítica podría ir llevando la opinión del diario, de beligerante a
neutral, para no caer en la situación negativa que significa para una empresa
el estar ligada a una causa política perdida.
Natalio Botana,
agradecido, les demostró que lo de España era únicamente una batalla de la
guerra, que se desencadenaría no bien Hitler tuviese a España a su favor."[24]
El 27 de enero de 1939, dos días después de la caída de Barcelona en
poder de Franco, Crítica comenzó a publicar noticias y comentarios
sobre la situación de los refugiados españoles en Francia. Estas noticias
se combinaban con detalles sobre la continuidad de la guerra en el frente
madrileño y el fin de la Guerra Civil. El periódico informaba detalladamente
sobre la situación de los refugiados. Contaba para ello con corresponsales
directos como el representante de la FUA (Federación Universitaria Argentina)
ante el estudiantado español, Guillermo Delgado, quien informó al regresar
al pais la vida horrible en los campos de concentración para refugiados que
habilitó Francia, confirmando al mismo tiempo, las denuncias de Crítica
sobre el mal comportamiento de los funcionarios de la Cancillería argentina.[27]
También publicaba cables de agencias internacionales que denunciaban el mal
trato a que eran sometidos los refugiados en Francia, donde morían de hambre
y frio y sin ningún tipo de atención médica.[28]
A partir de ese momento comenzó a plantear la mejor opción para poner
fin a las penurias de los españoles en Francia: "Desgarradoras voces
de auxilio lanzan los refugiados españoles...Quieren venir a trabajar..."[29]
Crítica concentrará todos sus esfuerzos en lograr que puedan ponerse
a salvo de sus penurias en la Argentina.
En abril de 1939 se anuncia desde Córdoba la realización de un mitin
organizado por la Liga de los derechos del Hombre y por el Comité Pro Ayuda
al pueblo español en donde se pedía la apertura de las fronteras argentinas
para la entrada de españoles republicanos.[30] Al mismo tiempo
Crítica informaba sobre la actitud intimidatoria del gobierno argentino
ante las instituciones pro-republicanas, denunciando la detención de 70 personas
de distinta filiación política en un Festival Pro España Leal. [31] Crítica acusaba al gobierno argentino
de tratar de modo benevolente a los grupos franquistas reaccionarios.[32]
A fines de abril de 1939 apareció la primer mención del diario criticando
la política inmigratoria del gobierno argentino, clamando por la necesidad
de abrir las puertas a los hombres laboriosos del mundo.[33]
A partir de junio inicia una campaña sistemática sobre el tema, ilustrando
las notas con las fotos de Juan Baustista Alberdi y Domingo Faustino Sarmiento.[34]
Crítica habla de tres categorías de inmigrantes, los que vienen a buscar
trabajo sin mas capital que sus brazos, los que poseen un pequeño capital
y están dispuestos a invertirlo en el pais, y el perseguido político, que
no es un delincuente, sino un hombre al que le hacen la vida imposible las
tiranías europeas, porque, "como nosotros, ese hombre es un demócrata".
Que vengan todos es la opinión de Crítica.[35] El diario denunció
al Comité Consultivo de la Dirección de Inmigraciones por tomar medidas inconstitucionales
que violan la vieja hospitalidad argentina y son contrarias a las necesidades
del pais.[36] Consecuente con su posición, Crítica
apoya a los diputados radicales y socialistas que, el 9 de agosto de 1939,
interpelaron a los Ministros de Agricultura y Relaciones Exteriores y Culto
y denunciaron la política de puertas cerradas del gobierno argentino.[37]
En julio de 1939 se abre un capítulo especial en la lucha por el libre
ingreso a la Argentina de los refugiados españoles en Francia. El 14 de ese
mes Crítica hace un llamado urgente. "Debemos acudir en ayuda
de los intelectuales españoles. Universitarios, profesionales, escritores
y artistas figuran entre los refugiados en Francia, sin destino fijo. Para
contribuir a salvar lo mejor de la cultura española, actualmente en los campos
de concentración [en Francia] abre Crítica una suscripción de carácter
nacional". Crítica inicia la suscripción con $5 000. El mismo
día pedirán al presidente, Dr. Ortiz que se permita la entrada al pais de
los intelectuales españoles. La campaña se inicia con un reportaje a Enrique
Banchs, Presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) donde éste
solicita a Ortiz que realice gestiones en favor de los escritores españoles
que se encuentran en Francia y otros paises, permitiendo la entrada en el
pais de los intelectuales que quieran radicarse en la Argentina. Desde ese
momento y hasta fines de agosto, aparece diariamente una página dedicada al
tema. Incluye datos sobre los intelectuales refugiados en Francia, la lista
de donaciones recibidas, la adhesión a la colecta de diferentes instituciones
e información sobre festivales y actos de apoyo. A 72 horas de iniciada, la
colecta llega a $13 286.[38] El 9 de agosto de 1939 el total acumulado asciende
a $34 870,40.[39]
El 13 de noviembre se informa sobre el destino de los fondos:
"A pedido
de entidades de ayuda a los intelectuales Crítica distribuyó el producto
de la colecta Suscripción Pro-intelectuales españoles entre exiliados del
Massilia. En la Argentina, agregaba, quedaron unas 50 personas, siguiendo
viaje a Chile otros 70 intelectuales."[40]
"El regalo
masivo llegó en el vapor Marilia (sic), casi un centenar de refugiados (sic)
que iban rumbo a Chile.... Natalio consiguió en seguida la residencia para
todos, y lo completó a su estilo: a medida que iban bajando del vapor, en
la pasarela fueron recibiendo un sobre con suficiente dinero para vivir con
dignidad dos meses, período calculado para conseguir trabajo.
Los periodistas pasaron casi todos a Crítica, donde fueron una inyección de pureza idiomática, y de otras líneas de imaginación creadora"[41]
Curiosamente, el resto de la prensa nacional no hizo alusión al hecho
inédito de que los intelectuales del Massilia, se quedaran en Buenos Aires.
Sólo en la sección "Teatro" del diario La Nación se menciona
la llegada de tres autores teatrales de actuación celebrada en España: Eusebio
de Gorbea, Pascual Guillén y Salvador Valverde y al escenógrafo Gori Muñoz,
sin aclarar que se trataba de pasajeros del Massilia.[42]
Sin embargo, el hecho no pasó desapercibido en la Embajada de la Argentina
en España, desde la cual un funcionario anónimo informaba a un destinatario
también desconocido, pero que podemos suponer era integrante del gobierno
franquista, lo siguiente:
"Hay que
señalar la maniobra comunista desarrollada en Buenos Aires por los elementos
avanzados argentinos, con los emigrados españoles del vapor Massilla. Iban
destinados a Chile y se quedaron en Buenos Aires, en vista de que una manifestación
de argentinos provocada por el Director de Crítica, así lo pidió.
He calificado
de 'maniobra comunista' ésta del desembarco en Buenos Aires, y así parece.
Se recuerdan las consignas del Komintern al SERE
[Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles], orientadas a la creación
de grandes núcleos de comunistas en Argentina y México, de donde habían de
irradiar una fuerte propaganda sobre toda América y procurar el entorpecimietno
del comercio con Francia e Inglaterra.
Y aquí radica
la maniobra del desembarque, Hasta ahora, la Argentina se había negado rotundamente
a visar pasaportes rojos y a conceder permisos de estancia en el territorio.
En vista de ello, han acudido a este medio de la manifestación."[43]
El funcionario diplomático argentino, integrante de una representación
diplomática de netas simpatías pro-franquistas, apuntaba en ese texto al carácter
colectivo de la solidaridad que reclamaba por el derecho de los españoles
a instalarse en la Argentina. El carácter
del complot, tildado como "maniobra comunista", sugiere un plan
claramente elaborado por la Unión Soviética, para expandir sus ideas en Argentina
y México. La acción de Botana ya no es más la del protagonista solitario sino
la del instigador de una acción colectiva. Ninguno de nuestros testigos menciona
la existencia de la "manifestación"
a la que alude el texto.
El gobierno no deseaba que quienes vinieran al país "sean vencidos
que buscan asilo a sus fracasos" [44] e insistía que "el
perseguido político no es un inmigrante y que no se puede pretender que el
gobierno de la república [argentina] cree, con olvido de sus deberes fundamentales,
un problema inexistente a título de resolver un problema existente en otros
países". [45]
Sin embargo, el presidente Ortiz finalmente otorgó la autorización
para que los españoles del Massilia se quedaran.
Crítica remarca el gesto del Poder Ejecutivo
de permitir el ingreso de algunos de los exiliados del Massilia, señalando
que "El presidente Ortiz interpretó el sentir de nuestra república al
ofrecerles hogar democrático a los refugiados de España."[46]
También la Federación de Entidades Democráticas Españolas envió una
carta al presidente para "expresarle su reconocimiento por la resolución
adoptada con algunos españoles llegados al puerto de Bs.As. a bordo del vapor
Massilia... y que expresando su deseo de quedarse en la Argentina, fueron
autorizados para ello, con generosa interpretación por parte del Sr. Presidente
de lo dispuesto en materia inmigratoria..." [47]
La Federación de Entidades Democráticas Españolas da una versión en
la cual la iniciativa pasa de la decisión individual de Botana o de la "manifestación"
organizada, al deseo de algunos pasajeros
de quedarse, pasando de este modo todo el protagonismo al Dr. Ortiz y a la
benévola decisión de autorizar su ingreso.
Maria Rosa Oliver propone en sus Memorias, una hipótesis propia
respecto de la vinculación entre Botana y el presidente Ortiz y los motivos
que llevaron a éste último a favorecer a los republicanos del Massilia:
"La admisión
masiva se debió a la campaña que hizo Crítica y a la acción decidida
de su director, Natalio Botana, con quien el gobierno tenía una deuda pendiente:
Crítica había preparado el terreno para que tuviera éxito la asonada
militar que el 6 de septiembre de 1930 derrocó al gobierno de Yrigoyen."[48]
Efectivamente fue en las instalaciones del diario donde se realizaron
reuniones de políticos opositores y desde donde salieron manifestaciones callejeras
antiyrigoyenistas en los días previos al golpe. Mientras otros medios como
La Nación o La Prensa, limitaban su accionar a la agitación
intelectual, Crítica apostó a un rol más activo, "como organizador
material de la ruptura institucional".[49]
La activa participación de Crítica
en la coyuntura de 1930 implicó una reformulación de su carácter ya que a
pesar de ser un diario periodísticamente moderno, apareció jugando un definido
rol político, reactivando una práctica que había criticado desde su fundación.
Si bien su intervención fue elogiada y su influencia e impacto reconocidos,
las relaciones de Crítica con el nuevo gobierno no fueron de ninguna
manera armoniosas, iniciando una larga etapa de denuncias, pedidos de elecciones,
etc.[50]
Durante los últimos años de la década del 30, Crítica seguía
siendo un actor político de peso, jugando un rol activo en la configuración
de la opinion pública. En el plano nacional, el diario denunció los fraudes
electorales y restricciones a la actividad política y sindical, mostrando
una simpatía moderada hacia la Unión Cívica Radical. Apareció apoyando al
Partido Socialista Obrero durante la campaña electoral de 1938.[51] El diario denunció
las condiciones de vida y trabajo de la población rural así como los negociados
y estafas en el ámbito gubernamental. Apoyó la decisión del Poder Ejecutivo
de declarar en comisión al personal de la Dirección de Inmigración, a los
que acusaba de obstaculizar el ingreso al país con trabas burocráticas y medidas
demasiados estrictas para poder solicitar coimas.[52] Crítica denunció la infiltración nazi
en la Argentina y realizó una gran campaña reprobando la política inmigratoria
argentina, defendiendo el libre ingreso de inmigrantes y refugiados.[53]
En el plano internacional, la posición del periódico se caracterizó
por una clara y combativa posición antifascista, que se sintetiza en la nota
a pie de página que apareció diariamente a partir de la invasión alemana a
Polonia:
"Nuestra posición: con Francia,
con Inglaterra y con los paises democráticos de Europa. Crítica seguirá
una ruta ya de antiguo trazada. No admitimos los tonos grises: deseamos el
triunfo de la civilización y el aplastamiento de las dictaduras".[54]
Es difícil suponer que habiendo transcurrido nueve años desde el momento
del golpe que derrocó a Yrigoyen, el hecho de que Ortiz fuese de alguna manera
heredero del proceso político iniciado entonces pudiera convertirlo en deudor
de Botana. En todo caso, es más probable que haya influído la importancia
de Crítica en la formación de la opinión pública y su rol como actor
político de perfiles muy definidos, reafirmando, como señala Sylvia Saitta,
la existencia de un nuevo escenario periodístico en el cual la prensa diaria
tenía una activa participación en la resolución de cuestiones políticas.[55]
Indudablemente Crítica instaló el tema de la Guerra Civil Española
en la sociedad argentina, como bien lo recuerda su hijo,
Helvio Botana[56]
"..mi
padre convirtió la guerra española en problema argentino, pues así se lo tomó
... Por influjo de Crítica nuestra población tomó partido en pro o
en contra de Franco. Así fue, en toda la República una beligerancia polémica
nos invadió. Y como en toda guerra, hubo hechos notables y ridículos; abnegados
y aprovechados. El "no te metas" desapareció. La Argentina vibró
y se vivió pasionalmente un suceso que fue nuestro."
La intervención personal de Natalio Botana en el caso del Massilia
también ha suscitado interpretaciones menos benevolentes.
Francisco Ayala, exiliado en la Argentina entre 1940 y 1945 ha escrito que:
"Al dueño
de Crítica, diario vespertino tan popular como sensacionalista....en
vista de que los intelectuales exiliados se hallaban en situacion financiera
bastante precaria, se le ocurrió formar un ramillete con unas cuantas personalidades,
escritores, políticos de los mas conocidos, para encargarles, a cada cual,
un artículo espléndidamente pagado, detalle de mecenazgo que, claro está,
debía redundar en su autoglorificación y en prestigio de su rotativo.
La fatalidad
hizo que este protector de los grandes intelectuales desvalidos, el opulento
señor Botana, muriera poco después en un accidente de automóvil, ocasionando
con ello la consternación de quienes esperaban ver repetirse de un modo u
otro el beneficio por él discernido a las letras republicanas."[57]
A pesar de opiniones como ésta, Botana se convirtió para todos los
republicanos que llegaron a la Argentina en una figura legendaria. A pocos
dias de su muerte en 1941, España Republicana, el diario del Centro Republicano
Español de Buenos Aires, publicó la siguiente nota:
" La muerte
de Natalio Botana en un accidente automovilístico ha producido un vivo pesar
en la colectividad española. El Sr. Botana, fundador y director-propietario
de Crítica, dedicó siempre a los problemas de nuestro pais una viva
atención y dio el mas resuelto apoyo a las luchas de nuestro pueblo....Las
columnas de Crítica han estado siempre a disposición de los republicanos
españoles. Y en la casa de Crítica han encontrado un nuevo hogar periodístico
muchos de nuestros compañeros y una tribuna muchas figuras destacadas de la
República. En Crítica han escrito y escriben Diego Martínez Barrio,
Angel Ossorio y Gallardo, Indalecio Prieto, Augusto Barcia, Julio Alvarez
del Vayo, Manuel Blasco Garzón, Mariano Gómez, Basilio Alvarez, Alfonso Castelao,
José Venegas, etc. A la actual redacción y al cuadro de colaboradores de Crítica
pertenecen el general Vicente Rojo, Rodrigo Soriano, Corpus Barga, Manuel
Fontdevila, Juan G. Olmedilla, Carlos Sampelayo, Clemente Cimorra y otros
compatriotas.
Debemos a Crítica
una gratitud inextinguible y fue don Natalio Botana quien resueltamente puso
la enorme fuerza popular de su diario al servicio de la causa republicana
española.
Su fervor hacia
España lo compartieron su esposa, Salvadora Medina Onrubia, en cuyas recientes
obras literarias se expresaba el mismo sentimiento, sus hijos Helvio y Jaime
y su hijo político, el diputado Damonte Taborda quien incluso asistió a la
última reunión de las Cortes Españoles en el castillo de Figueras."[58]
Un año después, comentando los actos organizados para conmemorar el
primer aniversario de su muerte, España Republicana afirmaba:
"Los españoles republicanos tienen con
Botana una deuda de gratitud que no olvidarán jamás. Antes de la guerra, en
la guerra y después de la guerra, Natalio Botana estuvo de corazón a nuestro
lado. Su diario se puso al servicio de nuestra causa con una generosidad ejemplar....Su
fe por España no decayó un momento. Dias antes de morir hablaba con algunos
de nuestros más adictos amigos expresando sus esperanzas en el triunfo de
la Revolución en España en un porvenir cercano. De este triunfo quería ser
partícipe, como un español más."[59]
Botana se convirtió así en el protector de los republicanos españoles
y cual el Cid siguió ganando batallas aún después de muerto, al menos en la
memoria de nuestros entrevistados. GFZ, recuerda su venida a la Argentina
al finalizar la II Guerra Mundial, después de haber hecho la resistencia en
Francia[60]
" En el
46 logré salir de Francia gracias a las gestiones de Gori Muñoz, que estaba
en la Argentina desde fines del 39.... Para que yo pudiese ir a la Argentina
necesitaba un contrato de trabajo y como él estaba trabajando en el Estudio
San Miguel decidió mandarme un contrato de técnico cinematográfico. ... Me
reuní con mi esposa en Portugal, y con mi hija que ya tenía diez años...A
pesar de tener un contrato de trabajo tuvimos grandes dificultades para el
visado del pasaporte....En el consulado argentino se negaron rotundamente
a hacernos el visado, finalmente conseguimos visado para Chile con tránsito
por la Argentina. Al llegar a Buenos Aires nos estaban esperando los amigos...
alguien había intercedido para conseguir nuestra visa: Natalio Botana. Estaremos
siempre agradecidos por su gestión."
Botana había muerto cinco años antes. Otra clara "deformación"
del recuerdo se presenta en el testimonio de quien reduce el incidente del
Massilia en la narrativa de su exclusiva salvación personal:
"Yo iba
a Chile, Pablo Neruda, de quien era gran amigo me
Este "error" de la memoria nos ayuda
a entender en toda su dimensión el significado de su figura y accionar para
los republicanos españoles. Botana fue el salvador de los republicanos mas
allá de su temprana y dramática muerte. Lejos de constituir una dificultad,
estos "errores" ayudan a dar sentido a la construcción de las narrativas
personales. Muchos de los republicanos españoles que llegaron a la Argentina
fueron ayudados por Botana. Este reconocimiento se constituyó en un elemento
central de la reconstrucción histórica de la llegada a la Argentina. La figura
"mítica" de Botana aparece en el relato de muchos de nuestros entrevistados.
Escuchamos la misma historia, con algunas variantes contada una y otra vez
con un gran realismo. Sabemos, sin embargo, que un relato realista no es siempre
un relato verdadero. Los diversos testimonios, incluyendo sus fabulaciones,
interpretaciones distintas y "errores", nos permiten entender el
proceso a través del cual los individuos construyen sus memorias.
Los testimonios orales y su confrontación con
otro tipo de fuentes nos han permitido reconstruir la compleja trama de esa
experiencia. Tras la alusión de una de nuestras entrevistadas al caballo que
ganó "por una cabeza", gracias al cual pudieron quedarse en la Argentina,
aparece en toda su magnitud la acción del diario Crítica y su director
Natalio Botana. Para nuestra entrevistada, el azar es explicación suficiente
de la inflexión en su trayectoria personal, que se había iniciado con la derrota
de la Guerra Civil, continuó con la amenaza del avance nazi en Francia y la
persecución de los submarinos alemanes durante el traumático cruce del Atlántico.
En cambio, para otro entrevistado no hubo azar. La acción de Botana se reduce
a un hecho magnífico pero puntual, destinado a la exclusiva salvación de quien
narra. Finalmente, para quien llegó a la Argentina en 1946, la obra de Botana
se vuelve atemporal y trasciende su propia muerte. El relato condensa todo
el simbolismo de Botana como figura salvadora para los republicanos españoles
que vinieron a la Argentina
Los testimonios orales mostraron su doble utilidad en la reconstrucción
de esta historia. Nos han permitido por un lado, recuperar la experiencia
de los actores y trasmitir el significado de sus vivencias pasadas, confrontadas
con la dimensión de sus recuerdos presentes. Por otro lado, pudimos, verificar
y explicar cómo en este caso fue perforada la barrera de la prohibición inmigratoria,
estableciendo la distancia entre la dura legislación inmigratoria y su implementación
y descubrir una sociedad civil compleja, evidentemente plural y solidaria.
El celo puesto en la elaboración de una rígida reglamentacíon migratoria
y el control minucioso de los ingresos para "... disminuir o atenuar
el grave peligro de la introducción al pais de elementos exóticos y perturbadores
del orden social"[62], no impidió que
las normas fueran vulneradas. Como bien lo señalaba el Ministerio de Agricultura,
"... la inmigración regulada por medio de los permisos de libre desembarco
ha sido en parte desvirtuada por el ingreso de pasajeros clandestinos, turistas
que no eran tales y personas que debiendo transitar por la república para
dirigirse a un país vecino se quedaron luego en ella" [63]
El Massilia es un ejemplo colectivo de esto último. Sin embargo, en
el marco de una política inmigratoria restrictiva los exiliados republicanos llegaron a la Argentina a cuentagotas. La experiencia
del Massilia es excepcional, constituyendo, como ya lo hemos señalado, el
grupo más numeroso de republicanos que llegó a la Argentina antes de 1940.
El diario Crítica y su director Natalio Botana fueron actores
decisivos de esta experiencia. Botana tuvo la lúcida y profunda convicción
de que la Guerra de España era la antesala de la Guerra Mundial y decidiría,
en caso de su derrota el ascenso de los totalitarismos de derecha. Su militante
solidaridad con la España republicana y luego con los exiliados a los que
ayudó a entrar e instalarse en la
Argentina se inscribe en el contexto de sus convicciones antifascistas. La
reconstrucción de otras historias permite ubicar diversos actores que jugaron
un rol importante en la recepción de los republicanos españoles en la Argentina.[64]
El estallido de la Guerra Civil en España despertó en la Argentina
una gran movilización. Cuando el comienzo de la misma en el verano de 1936
distintos sectores de la sociedad argentina asumieron actitudes diversas.
Las fuerzas de la derecha, incluyendo al gobierno del General Agustín P. Justo
que llegó al poder en 1932, mostraron muy rápidamente sus simpatías por el
bando nacionalista, liderado por Franco.[65] Una de las primeras
reacciones fue el envío de una nota a la junta revolucionaria de Burgos de
los miembros conservadores del Senado en el que le manifestaban: "Nuestro
mensaje de aprecio y solidaridad a España, que obedeciendo el mandato de su
historia, lucha contra el comunismo, lo cual es el deber ineludible de nuestra
civilización."[66]
En octubre de 1936, el presidente del P.E.N. Club de Buenos Aires,
Sr. Carlos Ibaurguren, conocido escritor nacionalista, envió una carta al
Ministro de Relaciones Exteriores Dr. Ramón S. Castillo solicitándole se realizaran
gestiones para salvar la vida de José Antonio Primo de Rivera, por tratarse
de "un alto espíritu que honra a la cultura española".[67]
Desde el comienzo mismo
de la guerra el gobierno argentino fue reacio a la posibilidad de acoger exiliados
republicanos. Más aún, como hemos señalado, reforzó expresamente sus mecanismos
de control para que los elementos considerados políticamente "indeseables"
no se infiltraran en el pais, y se ocupó especialmente en diferenciar al inmigrante
del refugiado con el objetivo de "evitar ser el receptáculo de lo peor
que expele Europa", o sea, judíos centroeuropeos escapados del nazismo
y a los derrotados de la Guerra Civil, considerados "rojos" y por
tanto excluídos de la noción de la hispanidad". [68]
Sin embargo, diversos sectores de la sociedad argentina, incluyendo
a la numerosa comunidad española inmigrante y sus instituciones, partidos
políticos, revistas literarias, actuaron como un importante contrapeso, creando
un poderoso movimiento de solidaridad con la España republicana primero, y
con los exiliados republicanos después. La Guerra Civil contribuyó a aglutinar
a los partidos opositores al gobierno, militantes de la causa antifascista
y a agudizar críticas y reclamos de los partidos liberales y de izquierda
que mostraron abiertamente su simpatía por la causa republicana. El Partido
Radical visualizaba el alzamiento de los Nacionalistas en España como un fenómeno
similar a la sublevación armada que había terminado con el gobierno de Irigoyen
en 1930. El partido Socialista y las organizaciones que controlaba como la
C.G.T. defendieron con enorme fervor la causa republicana. La prensa socialista
y los telegramas de apoyo al gobierno de Madrid, junto a la organización de
la ayuda material fueron prueba contundente de esta actitud. También el Partido
Comunista tomó como propia la causa republicana y la ayuda canalizada a través
de la Federación de Organismos de Ayuda a la República Española (FOARE) alcanzó
enormes proporciones. Finalmente, el Partido Demócrata Progresista tuvo una
clara simpatía por la causa republicana.[69] Todas estos actores
crearon la trama de las prácticas de solidaridad que permitió que los republicanos
españoles entraran en la Argentina.
En este contexto, el protagonismo que los testigos atribuían a Botana
y Crítica se redimensiona y adquiere otro sentido como parte de la
compleja trama de la masiva solidaridad antifascista que se gestó en la Argentina
durante esos años.
(Publicado en:
Estudios Migratorios Latinoamericanos, 37, CEMLA, Buenos Aires, 1997,
pp. 423-447: reproducido en Exils et migrations ibériques au XXe siecle,
5, Ceric, Centre d'études et de recherches inter-européennes contemporaines,
Université Paris 7, Paris, 1998, pp. 249-273.)
[1]
Así lo caracteriza Ricardo Sidicaro, La política mirada desde arriba.
Las ideas del diario La Nación 1909-1989, Buenos Aires, 1993. El diario
La Nación fue durante esos años un excelente interlocutor de los
gobiernos de turno y defensor de los intereses de los principales sectores
dominantes, aunque como señala Sidicaro, "...la compleja trama de los
sectores dominantes, carentes de unidad aumentó su grado de autonomía con
respecto a ellos". op.cit. p.11. El diario La Nación
junto con La Prensa eran los dos diarios de mayor tiraje a nivel
nacional.
[2]
La Nación, lunes 6 de noviembre de 1939.
[3]
La Vanguardia, órgano del Partido Socialista, lunes 6 de noviembre
de 1939.
[4]
Noticias Gráficas, diario de tendencia radical, jueves 2 de noviembre
de 1939.
[5]
Noticias Gráficas, domingo 5 de noviembre de 1939.
[6]
Noticias Gráficas, lunes 6 de noviembre de 1939.
[7]
Crítica, 5 de noviembre de 1939. Sobre la caracterización de Crítica
véase más adelante.
[8]
Entrevista a MC, Buenos Aires, 12 abril de 1985.
[9] La afirmación es
de Roberto A. Tálice, 100 000 ejemplares por hora. Memorias de un redactor
de "Crítica" el diario de Botana. Buenos Aires, 1989, p.17.
Los datos biográficos sobre Botana los he tomado del libro escrito por su
hijo, Helvio I. Botana, Memorias. Tras los dientes del perro. Buenos
Aires, 1977. pp.19-34.
[10]
Entrevista a MC, op. cit.
[11] Entrevista a MC,
op.cit.
[12] Ministerio de Agricultura, Memoria, 1936,
Tomo III, p.471.
[13]
cfr. L. Senkman, "La política inmigratoria argentina ante el Holocausto
(1938-1945)", en Indice. Centro de Estudios Sociales. No. 2,
2da época. Buenos Aires, Noviembre 1989, pp.15-44. p.19.
[14]
cf. Diario de Sesiones de las Cámaras de Diputados y Senadores de la Nación.
(1936-1939)
[15]
Beatriz Sarlo, Borges, un escritor en las orillas, Buenos Aires,
1995, pp. 39-40.
[16]
Crítica, 28 de marzo de 1938.
[17]
Manuel Azaña, Memorias políticas y de guerra, T. II, Barcelona, 1981,
pp.233-234. Manuel Azaña fue Presidente de la República entre mayo de 1936
y febrero de 1939, cuando renunció a su cargo después del reconocimiento
del gobierno del General Franco por parte de Francia e Inglaterra. Debo
esta referencia a la gentileza de Natalio Botana, destacado historiador
argentino, sobrino del ex-director de Crítica.
[18]
Crítica, 25 enero 1939.
[19]
Crítica, 26 de enero de 1940.
[20]
Crítica, 14 de abril de 1940.
[21]
Entrevista a A.C., Buenos Aires, 14 julio 1994.
[22]
Crítica, 31 julio 1936.
[23]
Crítica, 8 de enero de 1939. El 14 de enero, Crítica publica
el discurso completo que Prieto pronunció en un acto en el Luna Park.
[24]
Helvio Botana, op.cit., pp.184-185.
[25]
Crítica, 18 de febrero de 1939. Se trataba de un Comité integrado
por prestigiosas figuras de la política y la sociedad nacionales de alineamientos
frecuentemente enfrentados. Entre ellos, el ex-presidente radical Dr. Marcelo
T. de Alvear, el Dr. Carlos Saavedra Lamas, Premio Nobel de la Paz en 1936
y ex-canciller, el dirigente máximo del Partido Socialista Dr. Alfredo Palacios,
el Dr. José Peco, diputado nacional de la Unión Cívica Radical y el Dr.
Mariano Castex, destacado médico y profesor universitario.
[26]
Momento en que se produce la muerte de Natalio Botana en un trágico accidente
automovilístico, el 6 de agosto de 1941.
[27]
Crítica, 9 de abril 1939.
[28]
Crítica, 22 de abril de 1939.
[29]
Crítica, 18 de abril de 1939.
[30]
Crítica, 1 de abril de 1939.
[31]
Crítica, 3 de abril de 1939.
[32]
Crítica, 18 de abril de 1939.
[33]
Crítica, 25 de abril de 1939.
[34]
Crítica 15 de junio de 1939.
[35] Crítica 14
de junio de 1939.
[36]
Crítica 16 de junio de 1939.
[37]
Se refiere a la interpelación Parlamentaria a los Ministros de Relaciones
Exteriores y Culto y de Agricultura. Debates parlamentarios, Cámara de Diputados.
Diario de Sesiones. 9 y 10 de agosto de 1939. Tomo II.
[38]
Crítica, 17 de julio 1939.
[39]
Crítica, 9 de agosto de 1939.
[40]
Crítica, 13 de noviembre de 1939.
[41]
Helvio I. Botana, Memorias. Tras los dientes del perro, Buenos Aires,
1977, p.181.
[42]
La Nación, 6 de noviembre de 1939.
[43] Nota con membrete de la Embajada de la Argentina
en España.(sin firma y sin fecha) LEG.R-1913. No.1 Archivo Ministerio de
Asuntos Exteriores. Madrid, España.
[44]
Ministro de Agricultura, en la interpelación parlamentaria realizada el
9-10 de agosto de 1939. Cámara de Diputados, Diario de Sesiones, 1939, T
II, pag. 851
[45]
Diputado Lima, en la interpelación parlamentaria realizada el 9-10 de agosto
de 1939. Cámara de Diputados, Diario de Sesiones, 1939, T II, pag. 902/3
[46]
Crítica, 16 de noviembre de 1939.
[47] Diario Galicia, órgano de la Federación
de Entidades Gallegas, 9 de diciembre 1939. Firman la carta Augusto Barcia,
Presidente y R. Martinez Redondo, Secretario.
[48] María Rosa Oliver,
Mi fe es el hombre, Buenos Aires, 1981, p.26.
[49] Ricardo Sidicaro,
op.cit. pp.116-117. El diario La Prensa era un vocero de los
sectores oligárquicos.
[50]
Sobre el diario Crítica en la década del 30 ver, Sylvia Saitta, "Crítica
en los años 30: entre la conspiración y el exilio", Entrepasados,
2, 1992, Buenos Aires, pp.25-41.
[51]
El apoyo se complementa con una serie de notas firmadas por el fundador
del P.S.O., Benito Marianetti, Crítica, marzo-abril de 1938.
[52]
Crítica, 22 febrero de 1940.
[53]
Crítica, 30 marzo de 1938.
[54]
Crítica. Pie de página. Todas las ediciones entre agosto y noviembre
de 1939.
[55]
Sylvia Saitta, op.cit., p.34.
[56]
Helvio Botana, op. cit. p.185.
[57] Francisco Ayala, Recuerdos y olvidos. 1.
Del paraíso al destierro, 2. El exilio, 3. Retornos, Madrid, 1988, pp.272-273.
[58] España Republicana, 9 de agosto de 1941.
[59]
España Republicana, 8 de agosto de 1942.
[60]
Entrevista a GFZ, Madrid, 29 de noviembre de 1985.
[61]
Entrevista a AC, Buenos Aires, 23-11-94.
[62] De Carlos Brebbia al Subsecretario de Relaciones
Exteriores, Carlos Ibarra Mitre. Buenos Aires, 5 de setiembre de 1936. Formalidades
entrada al pais personas extranjeras procedentes de España. División Política.
España. Política Interna. Legajo IV. Expediente 1. Caja 8. Archivo Ministerio
de Relaciones Exteriores y Culto, Buenos Aires, Argentina.
[63]
Ministerio de Agricultura, Memoria, 1940, T II, pag. 295
[64] La participación de esos actores está analiza
en detalle en mi libro en preparación sobre el exilio republicano en la
Argentina.
[65]
cf. Ronald H. Dolkhart, "The right in the Década Infame, 1930-1943",
en Sandra McGee Deutsch and Ronald H. Dolkhart(comp), The Argentine Right.
Its history and intellectual origins, 1910 to the present, Wilmington,
1993. pp.65-99.. También el artículo de Mark Falcoff, "Argentina"
en Mark Falcoff and Frederick B.Pike
(eds) The Sapnish civil war,
1936-39. American Hemispheric Perspectives, Iniversitiy of Nebraska
Press, 1982. pp.291-348.
[66]
La Fronda, periódico nacionalista, 2 de septiembre de 1936.
[67]
España. Política interna. Legajo I. Guerra Civil. Tomo III. Desde el 17
de setiembre al 25 de octubre de 1936. MREyC.
[68] Sobre el tema de la hispanidad en el discurso
político argentino, cfr. Marisa Gonzalez de Oleaga, "Panamericanismo
e hispanidad en la política exterior argentina de la Segunda Guerra Mundial:
la confrontación política en la creación de identidades colectivas",
Estudios Interdisciplinarios de América Latina y el Caribe, Vol.
5, No.1, enero-junio 1994, Universidad de Tel Aviv, pp.59-83.
[69]
Se trataba de un
partido regional, cuya base estaba en la Provincia de Santa Fe. Cfr. Carlos
Malamud, "El Partido Demócrata Progresista:
un intento fallido de constuir un partido nacional liberal-conservador",
Desarrollo Económico, Vol. 35, Julio-setiembre 1995, No.138, Buenos
Aires. pp.289-308.